Cuidado de las personas con Alzheimer
El Alzheimer es un tipo de demencia que provoca problemas de memoria, el pensamiento y el comportamiento. Los síntomas generalmente se desarrollan lentamente y empeoran con el tiempo, hasta que son tan graves que interfieren en las tareas cotidianas.
Por esta razón, el cuidado de las personas con Alzheimer debe estar compuesto por pautas determinadas en su día a día como realizar alguna actividad física, tener una alimentación saludable y cuidado diario.
La actividad física y el ejercicio
Ser activo y hacer ejercicio ayuda a las personas que padecen Alzheimer a alcanzar el bienestar tanto físico como mental. Lo ideal es que la persona con Alzheimer haga el máximo movimiento por sí mismo y se mantenga activo. Esto les ayuda a mantener sus músculos, articulaciones y corazón saludables. También ayuda a las personas a mantener un peso saludable y a tener hábitos regulares referentes a las evacuaciones intestinales y al sueño.
Algunos consejos para ayudar a la persona con Alzheimer a mantenerse activos son: caminar con ellos diariamente, ponerles un elemento identificativo en caso de que se pierdan con su número de teléfono, valorar cuánta actividad puede hacer a la vez.
La alimentación saludable
También es importante para el cuidado de las personas con Alzheimer, llevar una alimentación saludable para mantenerse sanos.
Es recomendable comprar alimentos saludables como verduras, frutas y productos integrales. Debido a que sus habilidades mentales se deterioran con el Alzheimer es preferible que sean fáciles de preparar y en porciones individuales, para facilitarle la tarea. Además, es muy aconsejable que utilicen los servicios a domicilio de comida para que les sirva como recordatorio de que es hora de comer.
Cuidado diario
Como se ha mencionado al principio, el Alzheimer llega a un punto que interfiere en las tareas cotidianos del paciente como bañarse, vestirse o el aseo personal.
Es probable que la persona se sienta avergonzada o frustrada por no ser capaz de llevar esas tareas diarias con normalidad y las intentará realizar igualmente, rechazando toda ayuda que se le preste.Sin embargo, deberían tener una persona supervisando y prestando pequeñas ayudas para que estén seguros y no se sientan mal por no poder realizar sus tareas.
Algunos de estas pequeñas “ayudas” serían estar pendiente si la persona pasa mucho tiempo en el baño o recordarles mediante sugerencias que “ya es la hora del baño” ; organizarle la ropa del día siguiente según el orden en que se pone cada prenda; cepíllate los dientes a su lado para que pueda corroborar que lo hace bien.
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